SU oficio es su vida. Desde niño se dio cuenta de que tenía madera de artista. Las cofradías de Málaga apreciaron su valía cuando hizo el trono del Cristo de la Sangre. Nadie le ha regalado nada y ha tenido que superar la incomprensión de gente que no quería reconocerle su calidad. Ahora, a sus 67 años, como él dice, sigue aprendiendo cada día, mantiene intacta la ilusión por el trabajo bien hecho y espera cerrar pronto con la Archicofradía de la Sangre el acuerdo para hacer el trono de la Virgen de Consolación y Lágrimas.
Todo o nada para el CAB Estepona en la fase de ascenso a la élite nacional
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El equipo que dirige Francis Tomé deberá ganar este sábado en casa al
Leganés por cinco o más puntos para acceder a su primera Final Four
Hace 36 minutos
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